¿Qué dices cuando las palabras pesadas y tristes luchan con fuerza contra la irresistible conciencia, cuando no quieren salir de la boca, cuando provocan llanto y dolor que explota dentro y fuera de tu cuerpo, cuando no sabes siquiera qué sucede dentro de ti, y te ahogas de desesperación por no comprenderte?

Siempre encontrarás una solución para fumigar tu mente de aquellas cosas que te atrapan y sofocan en esos momentos raros que te obligan a reposar y sufrir, eternamente..
En mi caso, hoja en blanco y lápiz oscuro, terapia hecha de a dos, entre mi conciencia y mi corazón..

jueves, 9 de mayo de 2013

Maldiciones.


Maldita la tarde de lluvia en que desperté enrredada entre tus brazos,
Malditos los días de sol que sonreían desde la ventana y besaban mis mejillas,
Malditas las noches solitarias donde la luna me acompañaba con una suave mirada,
Maldito el destino que rompió sin compasión mi alma, y depositó magia en mi oscuro corazón de porcelana,
Malditos tus ojos,
Malditos tus tiernos besos,
Malditas mis ansias de dormir sobre tu pecho,
Maldita pasión desenfrenada,
Malditos diálogos sin sentido,
Maldita la hora,
Malditos los minutos,
Malditos cada uno de los segundos en que pude quererte, en que pude besarte, en que pude desearte y amarte,
Malditas las esperanzas de encontrarme de nuevo con aquella presencia cautivadora, con aquella alma despedazada, con aquel amor asfixiante,
Maldita mi conciencia,
Y maldito aquél deseo de sentirte mio, sólo mio en cuerpo y alma, hoy, pasado, mañana y siempre...


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Existe una única verdad?
Las cosas son como son o como las vemos?
Qué importa verdaderamente? Nuestra mirada? La mirada de los demás?
De qué depende? De cómo estamos, de cómo nos sentimos, de cómo vemos las cosas?
Cuántos puntos de vista existen? Uno por cada uno de nosotros?
No siempre las cosas son como creemos, ni como las vemos…
A veces hay que cambiar la mirada, cambiar la dirección y cambiar nuestro punto de vista…